cecilio le explica a anita su teoría de la cartografía con pelos (no entiende, por cierto)

El trazo está marcado entonces, con señales y todo. Se ubica en su lugar y gira. Al compás de las etapas de la vida. Siempre un noticiero le indicará cómo va.
(en la palma de la mano, la ciudad tiene escrito su pasado, su futuro; su nombre).

Siete piñones y veintiún cambios contienen nuestra anatomía. El motor inyection de lo humano.

Entonces me dirás, “está en el mapa”. Pero yo he vislumbrado el engaño, muñeca. Te sostienen cubos tendidos con alambres de estaño que ignoran, por inocencia o por pavor, la hierba que tiembla y muere debajo. Pero yo te he visto, recelosa, probándote zapatos y mirándote al espejo, burda, inadmisiblemente redondo.
Yo - fatal y excesivo - descubrí esa gota que humedece la cuerda.
(Irremisible. Todo está mojado.)
No me queda sino desconfianza.


No me hablés con tanto abrigo; yo me he caído cien veces. Conozco del dolor en lo simbólico, de las fronteras, el desencuentro y el desconcierto. (Los pelos en el pecho de la cartografía de lo humano).

No me hablés con tanto abrigo que aquí estoy, crudo. Helado. Y puedo mentirte y mentirle a quien se cruce, muñeca. Pero a mí no. A mí nadie puede mentirme.