elemental

siete balcones sin julietas,
hostigando el dribbling en el desorden
desconfiado
avisado
desengañado
de la arquitectura del nombre,
vacío en contenidos
como la niña
azteca
inédita
dispuesta sobre las piedras
en ofrenda
a
Ciclones
en tiempo
y en
las cosas
las cabezas de la serpiente fueron papel plegado,
entonces toqué el negro de la médula
y un ruido de luces de neón se metió para siempre en mis piernas
(eso, básico.
después quise escribir poesía)
2 Comments:
este cecilio tiene lo suyo, no nos vayamos a creer...
4:52 AM
sí, le gusta hacerse la víctima nomás
1:29 PM
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