y la moledora de carne

Thursday, December 29, 2005

Pamela: el juicio

“all shall love me and desperate”



Y ella ahí, en su remerita brutal. Ceñidísima.
germinando hacia los cuatro puntos cardinales en fermento blanco y humedad
“Una barbaridad. Una exageración de mujer”
- había dicho el fiscal

- Azotes a la impiadosa -

“Por el dolor infringido a todos los hombres”
“Porque el silencio en la noche le grita a mis ojos”
“Porque mis carnes ardieron y se retorcieron ante el fuego de tu nombre, Pamela, y ahora todo caminar es fútil”

¡Castigo y destierro!

“Y aunque tape mis ojos y no pueda olerte, sé que estás ahí Pamela, porque me duele la placa de aluminio que llevo en los meniscos”

entonces los testigos;
“ya no te como ni las milanesas”
“salgo a la calle en las noches de luna y me tiro yogurt de vainilla encima”
“yo llené mi bañadera con ramas de olivo”
Y todos,

¡A la hoguera!¡a la hoguera!

“pero, al fin y al cabo, sos mortal Pamela. Y habrás de marchitarte. Y cuando la juventud te de la espalda, arrastrando tu cuerpo de luz de luna, entonces ¿qué te queda?¿ah? entonces qué ¿qué será de vos?
¿Qué será de Pamela?

“tengo seis millones de dólares en el banco”

¡la hoguera!¡la hoguera!

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