y la moledora de carne

Tuesday, October 11, 2005

acerca de la fragilidad y la desmesura

“He who makes a beast of himself liberates from the pain of being a man”
from "fear and loathing Las Vegas"

Situación -

Arrastra jirones Señora al levantarse de la siesta, cuando corre hacia el cuarto de su hija y se derrama en preguntas. Hace dos años – Señora tenía 72 – que la tiene con las preguntas. “¿Para qué sirvo yo ahora?¿qué sentido tiene que siga en este mundo?”
Ya en el funeral de su esposo había pasado diez horas repitiendo, a quien se le acercara o a ella misma: ¿y yo qué voy a hacer ahora? ¿ah? decime ¿qué voy a hacer? Entonces la lectura de textos bíblicos y religiosos se hizo más frecuente. Las señoras de la parroquia la recibieron con calidez y entusiasmo. Se preocupó de visitar la iglesia todos los días. Participar de las oraciones – devota, fervorosa - junto al resto de la comunidad, de encuentros junto a las demás señoras…
“¿Cómo que para qué? Nosotros te necesitamos, tus nietos te necesitan..” “Estate segura que existe una buena razón para que vos sigas en el mundo, sino no estarías acá conmigo.”
Señora escucha en silencio. Acepta (elige aceptar) las explicaciones de su hija y éstas son un hilo blanco que recorre la habitación buscando los trozos de tela que cuelgan, desvaídos, y los vuelve a enhebrar.
Remedada, Señora puede ahora bajar la escalera, hacerse un té, ir a la iglesia de nuevo (cantar esa tarde más alto que todas).

Pero – se sabe - otro día, en otra siesta, un fantasma de esos que usan tijeras, volverá a entrar por un sueño deshaciendo todo esto que a Señora y a su hija les cuesta tanto trabajo mantener entero.


Situación -
Aún demasiado joven, Amigo 1 encuentra desaconsejable satisfacción en el tiempo que trascurre en la calle. Bebe mucho el padre de Amigo 1. Bebe y golpea a sus hijos. Conoce a Amigo 2, quien tampoco disfruta estando en su casa. Las pequeñas alegrías infantiles de ambos van abriendo el paso - subrepticias y fatales - a experiencias aciagas, grotescas. Los límites de las travesuras, oscuros, maleables, se mojan de episodios que aturden, que ensucian, sin que nada ni nadie llegue a contradecir. Y dejan satisfacciones. Las suficientes para no corregir el rumbo.
Finalmente, el año en que ambos cumplían 19, son apresados por la policía en un asalto a un minimercado de una estación de servicio. Se los condena a 5 años de prisión. Deben transcurrir este tiempo separados. Amigo 2 en un sector que los miércoles y los viernes es visitado por un pastor evangelista. Se vuelve muy cercano a éste. Al punto que cuando cumple su condena ya es un fervoroso militante de la religión. Amigo 2 prácticamente no recibe visitas. Transcurridos los 5 años de condena ha desarrollado una intensa adicción al tabaco, algunas drogas y el alcohol. Se abraza, más que nada – fervoroso - a esta última, que lo acompaña por el resto de su vida.
Podría haber sido al revés.

Situación -

Los dos años que había pasado con Él, Ella los llevaba tallados en la frente, colgando desde dentro de su piel. Como cabello, o un sobrenombre. Llamadas por teléfono, tardes de no hacer nada juntos, los “estás bonita” y demás frases aflautadas y bobas eran, de golpe, ausencias. Secas ausencias hechas de arena, raspando y quemando su soledad.
Conoció entonces a Otro chico. Otro chico no era Él (Ella lo sabía), pero necesitaba seguir caminando en ese suelo lleno de huecos, extendió su mano y allí estaba. Otro chico.
Reconfortada entonces, reanimada y robustecida Ella se miraba al espejo. Linda, amada, festejada.
Pasó el tiempo, Ella comenzó a pensar en Él, en Otro chico (la quería realmente?), en que Otro chico no era Él y quizás Ella ya debía acabar con este asunto y buscar alguien como Él.
Pero ya era muy tarde, iba a cumplir treinta años. Demasiado tarde. Decidió casarse, Ella, de vestido blanco. Qué linda se veía.


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¿escuchan el grito? El hombre desgarrado lanzando manotazos – asediado - desde el fondo, desde las sombras del alma.
¿escuchan la desesperación?
Vean. Atiendan. Ahí está, se esconde detrás de ese mimo de corneta y traje de colores que grita en silencio. Detrás de ese histrión de lentes oscuros que es la desmesura…

5 Comments:

Blogger mirona said...

voy a leer esto. lo voy a leer.

7:41 AM

 
Blogger Pepe said...

valor, mirona, no me abandone ahora

11:56 AM

 
Blogger mirona said...

ni aunque quisiese podría.
deme tiempo nomás.

2:09 PM

 
Blogger mirona said...

ni aunque quisiese podría.
deme tiempo nomás.

2:09 PM

 
Blogger mirona said...

ni aunque quisiese podría.
deme tiempo nomás.

2:09 PM

 

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