o su sombra
Cecilio o su sombra (es más o menos lo mismo) caminando por calle Colón. Vidrieras con maniquíes pelados, auditores contables o vendedores que toman café y colectivos línea 60 suceden a su alrededor. (La ciudad es esa cara displiscente; no despierta nostalgia ni rencor). El presente, como tantas veces, pende. El pasado y el futuro son dos botas rellenas de cemento.
La ambiguedad del mundo y la pertenencia como una posible solución resistida. Un refugio voluntaria e irrevocablemente relegado.
La ambiguedad del mundo y una única certeza: la irrebatible soledad.