y la moledora de carne

Tuesday, September 27, 2005

Cecilio y el tiempo

Piense en el momento
en que la música
calla
Como un pájaro interrumpe su vuelo,
se detiene

en una rama

(silencio)

Piense,
¿y si no calla?
(¿si no se detiene?)
¿vuela?
(¿suena?)

¿dónde?
¿cómo?
¿para qué?


Ay, el tiempo!
Ay, sus prisiones!



(imagen cortesía de Ricardo)

Friday, September 23, 2005

El pecho de Cecilio - speaching -

Y dijo Cecilio;


"Desnúdense, de una vez y por fin, de esos chalecos impermeables, de sus buzos con capucha. Olvídenlos, dejen de lado. Serán libres, les digo. El discurso altanero del barrio, el mote de doctor o remisero, o de bufón de la clase, la risa cómplice y obsecuente, el cabello teñido, la aplicación proficiente y recursiva de la razón o el ingenio, las remeras negras y cualquier otra impostura. Abandonen. Todo aquello que les sirva de cobija, de amparo. Abandonen.
Y la seriedad, por Dios, que es siempre hipócrita. Muéstrense tristes, confundidos, alegres, aburridos; aún indiferentes, pero no la seriedad. Sólo asiste al hombre para el esconderse. Esconderse y perderse.
Ustedes descubran el pecho. Su pecho al mundo y vivan. Eso es todo lo que les puedo enseñar. Vivan."



(del Libro de Cecilio, 35 – 36)

Tuesday, September 20, 2005

El que es (y nosotros)



“Yo soy el que soy”,
dice
Porque es Dios
(y por eso es Dios)

el hombre, en cambio,
- imagen, espectro –
se enciende, se dilata y se vuelve ceniza
en la caída.

(no sustancia)

intención,
motivo
que no termina de figurarse
definirse,
delinearse.

Hombre pasajero
- ingenuidad –
un gesto se revuelve en el aire
Mueca negada
y fugitiva

(el manotazo de la
fiera que escapa a su presa)

Resbala
- hombre verbo –
en el patético y conmovedor
intento
de aprehender.
Contener.

Cayendo de esa
Casi nada
Que es el tiempo.

Un agujero que mira al cielo,
había dicho Pessoa.

A él.
Porque si hay un Dios. Él es.

Friday, September 16, 2005

fogoneando en la habitación de Van Gogh


- ¿Qué tocamos?

- Una del Chango Spasiuk.

- Es una guitarra, estúpido.

- Ya sé. Esa de los tipos que sacan a un oso del bosque y lo meten en un circo.

- Ay no, bajón...

- Sí, qué mal el hombre...

- Qué mal.

- ¿Una de La Oreja de Van Gogh?

Thursday, September 15, 2005

Alejandro, el muchacho que papá y mamá anhelan


Unos 45 minutos post ocaso, el día martes, coincidieron las distancias de Alejandro, el muchacho que papá y mamá anhelan, y Cecilio. Nada distinto a lo ordinario había hecho Alejandro, el muchacho que papá y mamá anhelan. Fue, como siempre, Cecilio.

Una mesa sobre la que se volcó coca cola, una picadura de mosquito, el cierre roto de una campera fue, entonces, Cecilio. Se ajustó el cinturón, se acomodó la camisa, giró la cabeza para un lado, para el otro. Así, incómodo. Siempre había sabido lo que tenía que hacer Alejandro, el muchacho que papá y mamá anhelan. Siempre, sin dudar, lo había hecho.
Cómo equivocarse de esa manera. Cómo equivocarse y no ser feliz.

Tenso, inquieto – insisto - Cecilio debía contener sus deseos de agarrarlo y zamarrearlo: “¡Pero está muy cerca tu cielo! Sus contornos son muy claros, muy definidos”, quería gritarle.

Alejandro, el muchacho que papá y mamá anhelan, hablaba. Había terminado sus estudios. Consiguió trabajo, se casó, tuvo hijos... Siempre todo tan despejado. Tan fácil.
“Pero un poeta no puede darse el lujo de andar esquivando problemas”, pensó Cecilio ¿Qué escribiría? ¿Con qué? Un poeta no puede silenciar contrariedades y penares con mero razonamiento. Ni templar su angustia.

“Tu cielo aburre”, le dijo.
Y se fue.

(Del libro de Cecilio. Capítulo V, versículos 23 - 31)

Saturday, September 10, 2005

Y así



Termino de leer un libro y pienso en
otro libro que tengo que leer
para terminarlo y leer otro
Como el actor después de la presentación de la obra
se prepara para la función del otro día
que después va a terminar
y todavía después,
cuando terminen las funciones, va
a cambiar por otra obra

sucederse,
transcurrirse,
discurrirse las cosas
la historia, en fin
pienso en cómo las cosas no son para quedarse en ningún lado

pienso en mi papá que fue papá para que yo sea hijo
y después papá y él abuelo y después yo abuelo
Y así


“A Dios le importa un pito el individuo. A Dios le importa la especie”
decía mi profesor.

Yo me cago de angustia.

Thursday, September 08, 2005

Discurso (segunda parte)

“…y anestesia. Más anestesia. Un colchón de plumas gordas donde descansar los instintos. Y no grite, por favor. Guarde la fiebre de su torpe espíritu. Aquí no lo necesitamos, señor. Esto es una ciudad. Rodilleras aquí, vacunas y repelente para mosquitos. Ve esos amortiguadores? Esa calle cumplidamente pavimentada? Ahí. El balde de agua tibia y jabón. Moje ese vértigo, póngalo a secar. El apremio de las emociones, la bravuconada visceral. Esas cosas acá no las queremos…”

“Pero ¿acaso fueron ustedes consultados? ¿en algún momento?
Insisto, el hombre no eligió vivir tres centímetros por encima de la vida. Mirar de reojo y seguir.

Y más; el hombre no quiere esto. El hombre quiere encandilarse con el sol y quemarse los pies. Gastar su piel en el viento y en el frío. Agotarse.
El hombre no quiere salvarse. Sólo que no lo sabe.”

Sunday, September 04, 2005

Haiku



Mi tejado y mi casa han ardido.
Ya nada me oculta
la luz que brilla.




Cecilio

Friday, September 02, 2005

Discurso (fragmento)

Fragmento del discurso improvisado por Cecilio ante dos sujetos inciertos en las inmediaciones de algún bar el martes o miércoles a la noche (creo) –

“…lo que yo digo – con el perdón de la psicología – el hombre no anhela templanza. Un perímetro de almohadones y pétalos donde emancipar sus emociones. Ni el agua que le sea tibia. Ni el reloj que le marque la hora. Ni el olvidar.”
“¿Es que en realidad quieren – ustedes – tomar yogurt y ser lindos?
Hemos sido engañados, eso digo.”